martes, 18 de junio de 2013

Adiós a la UD Salamanca


Hoy, por desgracia, es un día para homenajear a la Unión Deportiva Salamanca. Hace unos meses cumplía 90 años y hoy se ha confirmado su desaparición. Si para algunos Salamanca es especialmente conocida por albergar la universidad en activo más antigua de España y por el «Quod natura non dat, Salmantica non præstat», para mí lo es por haber sido equipo de Primera División durante mi infancia, entre 1995 y 1999.

Para los que crecimos con el fútbol de los '90 es todo un histórico de Primera, igual que Logroñés, Compostela o Extremadura, aunque a alguno de estos últimos le sobran dedos en una mano para contar sus años en Primera. No es el caso del Salamanca, que ni siquiera con las dos manos podría contarlas. 12 temporadas en Primera desde su primer ascenso en 1973 hasta su último descenso en 1999 convierten a los salmantinos en uno de los 30 equipos con más temporadas en Primera División.

Pero no fueron los '90 su etapa más gloriosa sino dos décadas antes, cuando como equipo debutante en Primera División supo hacerse un hueco entre los grandes, manteniéndose en la máxima categoría durante siete temporadas seguidas entre 1974 y 1981. Tuvo gran mérito lo de los charros que ascendieron dos veces consecutivas para pasar de jugar en Tercera División en 1972 a ser equipo de Primera en 1974. En la campaña en la que debutaban lograron una meritoria séptima plaza, la mejor posición de su historia, siendo además el equipo menos goleado de la Liga. Los salmantinos se mantuvieron en la denominada zona tranquila de la tabla en las sucesivas campañas, hasta 1980, y un año después descendieron tras estar 33 jornadas al hilo (de 34) en puestos de descenso. Sólo iba a durar un año la ausencia de los unionistas, y en la siguiente temporada lograron nuevamente el ascenso a la máxima categoría, donde permanecieron dos temporadas más.

La segunda gran etapa del Salamanca tuvo lugar a mitad de los '90. Tras más de diez años de ausencia de la categoría donde se habían hecho respetar con jugadores como Rezza, João Alves, D'Alessandro o Bustillo, en 1995 la Unión Deportiva Salamanca optaba a ascender a Primera División por tercera vez. Iba a lograrlo de manera heroica en la promoción por ascender, al remontar el 0-2 sufrido a manos del Albacete,  con un 0-5 en el Carlos Belmonte, tras forzar la prórroga. La temporada del regreso a Primera División fue realmente mala y el equipo acabó último en aquella famosa, a la par que polémica, Liga de 22 equipos. Pero el Salamanca había vuelto. Para la temporada siguiente el objetivo era claro: retornar a Primera. Un histórico como João Alves regresó al club, esta vez para dirigirlo desde el banquillo, e hizo unas incorporaciones que se convertirían en leyendas del club, como el brasileño Everton Giovanella. El entrenador portugués abandonó el club sin llegar a dirigirlo ni siquiera una decena de partidos, pero el club enderezó el rumbo y regresó a Primera División. Fue el cuarto y último ascenso.

La temporada 1997-98 fue realmente histórica para el Salamanca. Y no precisamente por cumplir tres cuartos de siglo. Tampoco por ser la de la llegada de Bogdan Stelea, el mítico portero rumano que disputó tres Mundiales y dos Eurocopas, y que se convertiría en uno de los más grandes jugadores de la historia del club. Ese año el Salamanca se salvó del descenso en la última jornada, logrando derrotar al Barcelona en el Camp Nou, que dirigido por Van Gaal había logrado ser bicampeón de Liga. Se impuso 1-4 en el feudo blaugrana y se convirtió además en el único equipo que le había ganado los dos partidos al equipo de los Rivaldo, Figo y compañía. El otro triunfo había sido por 4-3 en el Estadio Helmántico, tras llegar a los últimos diez minutos del partido perdiendo 1-3. No fue esa la única hazaña de ese Salamanca que quedará para la historia. Esa misma temporada logró otras de similar calibre, como vencer al Atlético de Madrid por 5-4 pese a recibir cuatro goles de un mismo jugador, Christian Vieri. O los triunfos por 6-0 ante el Valencia y 4-1 ante el Superdépor, con hat-trick de Pauleta. Fue la última gran campaña de un Salamanca que descendería un año después, y que tras habituarse a ser un equipo de Segunda División descendería nuevamente a Segunda División B, donde esta temporada, la última de su historia, terminó en la 8ª posición del Grupo I.

Que sea un hasta pronto, Salamanca.


Ilustro el artículo con un cromo escaneado de colección de mi infancia, precisamente de la temporada 1995-96, la primera vez que vi al Salamanca en Primera División.

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