Hoy se cumplen
15 años del debut de Felipe Contepomi con el seleccionado argentino de rugby.
Una década y media vistiendo la camiseta con la que sueña cada argentino que
crece con un balón ovalado entre las manos. El romance de Felipe y Los Pumas comenzó el 10 de octubre de 1998, ante Chile, y llegó a su fin hace cinco días, el
pasado sábado 5 de octubre de 2013, ante Australia.
Cuando en 1998
se enfundó por primera vez la camiseta albiceleste, recién estrenaba la mayoría
de edad, entonces fijada en los 21 años. Argentina venía de fracasar
estrepitosamente en el Mundial de 1995 donde contó por derrotas todos sus
encuentros. En 1999, ya con Felipe en el plantel, los Pumas superaron la fase
de grupos por primera vez. Cuatro años después, nuevamente, no pudieran llegar
a las rondas eliminatorias. Pero a partir de aquí comenzaría la era dorada, con
el jugador de Newman como uno de sus grandes estandartes. En 2004 anotó 14
puntos frente a Francia en la histórica victoria argentina que le arrebataba al
seleccionado galo la condición de invicto en el Velódromo de Marsella. En 2006,
Los Pumas lograrían la primera victoria ante Inglaterra en Twickhenham,
nuevamente con Felipe como titular. Y la mayor gloria la alcanzaron en 2007,
donde lograron el tercer puesto en el Mundial tras vencer dos veces a la selección
anfitriona, Francia, una de las candidatas a alzarse con el título; a Irlanda,
en uno de los grandes duelos del rugby moderno, y a Escocia, a quien mandó a
casa en cuartos de final. Gran parte de culpa la tuvo un Felipe Contepomi que
había alcanzado la madurez deportiva y que estuvo nominado a jugador del año
por la IRB junto a Juan Martín Hernández, Yannick Jauzion, Richie McCaw y Bryan
Habana, premio que finalmente obtuvo este último.
Felipe
Contepomi formó parte también de esa generación de Pumas en la que no pudo
estar Agustín Pichot, que se hizo un lugar en el Rugby Championship (antiguo
Tres Naciones) a base de garra, corazón y mucho rugby, codeándose con las
únicas tres selecciones del mundo que saben lo que es reconquistar un Mundial.
Esa histórica generación que por primera vez logró arrebaterle un empate a
Sudáfrica cuando los Springboks contaban por victorias los 14 duelos anteriores
ante Argentina, pese a la ausencia de Felipe en la primera participación de Los
Pumas en el torneo. No podrá el ex Leinster formar parte del seleccionado que
obtenga la primera victoria en el Rugby Championship, que se resiste después de
12 partidos y pese a haberla acariciado en un puñado de ocasiones. Pero el
legado del ya ex Stade Français es enorme, que pone fin a una intachable
trayectoria con su selección en el que logró el récord de presencias (87 caps)
y de anotación (651 puntos), relegando a la segunda posición nada menos que a
Hugo Porta. 31 de esos 651 puntos los anotó en el histórico partido de 2010 en
el que Los Pumas lograron su mayor victoria ante Francia, que se presentaba en
el José Amalfitani como campeona del Seis Naciones. Argentina trituró al XV del
Gallo por 41-13, con 31 puntos del apertura y capitán de Argentina, que logró dos
tryies y 21 puntos con el pie.
El ya mítico
apertura de Los Pumas forma parte de la generación dorada del rugby argentino que
en los últimos tiempos supo hacerse un hueco entre los grandes del rugby
mundial. Los que se quedan y los que vendrán tienen la agradable presión de
tener que mantener a Argentina entre las potencias del mundo ovalado, tratando
de contribuir al crecimiento que los Pichot, Contepomi y compañía potenciaron. Felipe ya no está, pero el eco de su rugido seguirá sonando cada vez que en el vestuario de Los Pumas se respire el aire de un nuevo partido.
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