En GANAR POR UNO tuvimos la suerte de hablar con José Javier Ortega Rozalén, ocho veces campeón de España de lanzamiento de peso. El atleta compartió con nosotros una de las historias más increíbles que hemos podido conocer y que se presenta como argumento de peso -nunca mejor dicho- a la teoría de que el límite del deportista es su propia mente. Invitamos al lanzador del FC Barcelona a contar desde nuestro blog una historia que es difícil de encontrar en Internet y él accedió a compartirla con todos nuestros lectores. Es la increíble historia de Matthias Steiner.
Por José Javier Ortega Rozalén
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Ortega compitiendo con el FC Barcelona |
A lo largo de la historia del deporte, ha habido hazañas, proezas,
gestas, trampas... que son recordadas por el gran público y que han ido
pasando de generación en generación, acabando por ser conocidas por
muchos o casi todos nosotros. Pero existe una historia que me llama
mucho la atención, por encima de las demás, de la cual se ha escrito más
bien poco y ha muerto en algún que otro artículo de periódico o
comentario de Youtube. Y es la la siguiente:
Matthias Steiner es un chico fornido nacido en Austria, donde hasta 2005, se forjó entre hierros para llegar a la élite del deporte de la halterofilia. Todo viene de familia, ya que su padre, años atrás, también fue un destacado levantador. En 2004, se emparejó con una muchacha alemana. Ésta cautivó al buenazo de Matthias, se casaron, y al año siguiente, éste emigró al país teutón. Ya en Alemania, se le concedió la nacionalidad a principios de 2008. El destino, cruel en este caso, hizo que en julio del año anterior, Matthias sufriera el revés más amargo que le depararía la vida hasta el momento: su chica sufrió un trágico accidente y fallecía días después. A lo largo de esos durísimos días, Steiner le hizo una promesa a su amada: conseguiría para ella el Oro Olímpico. Allá donde esté, Susann puede estar orgullosísima de su marido, ya que Matthias cumplió su promesa con creces. ¡Vaya si la cumplió!.
A mi, más que la parte bonita y emotiva de esta historia, lo que me sorprende es el desenlace de la prueba, cómo Matthias se alzó con el oro. Yo, como lanzador de peso, soy amante de todos los deportes de fuerza, aquellos donde el atleta trata de aunar técnica y fuerza hasta límites insospechados intentando alcanzar la mejor prestación posible.
Antes de contar el desarrollo de la prueba explicaré los modos de competición de la halterofilia. Se compone de dos modalidades. Una es la "arrancada" (snatch en inglés), donde el objetivo es levantar la barra con el máximo peso posible desde el suelo hasta arriba con un solo movimiento. Por otro lado, tenemos el "dos tiempos", donde el objetivo es el mismo, pero esta vez en dos movimientos (cargada y envión, clean and yerk en el idioma anglosajón). Los kilogramos levantados en uno y otro movimiento, se suman, dando así el "Total Olímpico". En campeonatos Mundiales y Europeos, se designan vencedores y medallistas en las dos modalidades y el Total Olímpico. En los JJOO, tan sólo se da medalla al Total Olímpico: quien levante más kilos sumando las dos modalidades, es el que gana. Tan “fácil” como eso. En caso de empate, gana el levantador de menor peso corporal en el momento del pesaje.
Ahora viene la parte épica y espectacular: Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Con la ausencia del iraní Hussein Razazadeh, auténtico y absoluto dominador desde principios de siglo, y todavía récordman mundial, se daba paso a una lucha abierta, como mínimo, a tres bandas: El ruso Evgeny Chigishev, el alemán Matthias Steiner, y el letón Viktors Scherbatihs. Estos eran, a priori, los tres candidatos al reparto de las tres preseas. La competición comienza con la arrancada. Se lleva la palma el ruso Evgeny Chigishev, levantando 210 kg (a un kg de su marca), por delante de Viktors Scerbatihs, con 206 kg, marca personal, y de Matthias Steiner, nuestro gran protagonista germano, que levantó 203 kg, también marca suya. En este momento, las cosas se decantaban en favor de Evgeny Chigishev. Tratándose de él, sólo un mal fario podría apartarle del oro, ya que ninguno de sus rivales parecía tener la osadía de plantar cara al gran campeón ruso. Si querían vencerle, tendrían que sacarle en el dos tiempos, como mínimo, ¡¡8 kilos!!, ya que aventajándole en 7 kg habría un empate y la balanza se decantaría del lado del ruso Chigishev, ya que era el más “ligero” en esa competición.
Dicho esto, da comienzo la modalidad del dos tiempos. Chigishev levanta 240 kg en su primer intento. El letón consigue levantar 242 kg y falla 244 kg a falta de su última tentativa. Steiner, en un intento por alzarse, como mímino, con la plata, falla en 246 kg pero consigue levantar, no sin apuros, 248 kg. En estos momentos y tras levantar el ruso 247 kg, Steiner tiene momentáneamente la plata. Por su parte, poco después el gran Evgeny Chigishev consigue subir su tope personal a 250 kg. Yo creo que él se sabía ganador. Y no sólo yo. Sólo hay que escuchar las dos últimas frases del comentarista del primer vídeo que anexo más abajo: “...Chigishev Will be Olympic Champion, there is no doubt about that now...”. El gesto del ruso al caer la barra lo dice todo: "Scherbatihs no está pasando su mejor momento en el dos tiempos, donde era capaz de levantar 260kg, Steiner ha fallado en 246 y las ha pasado canutas para 248, yo he levantado 250, me tienen que sacar 8 kg... entrenador, creo que he ganado...". Ya os digo, es un pensamiento mío, pero creo que en el fondo es lo que piensa. No sé qué deporte practicáis vosotros o del cual sois aficionados, pero os aseguro que hay deportes en los que se llega a un nivel, el cual mejorar un kg, una centésima, un centímetro, cuesta años de esfuerzos, muchas veces sin llegar a conseguirlo. Hoy, Scherbatihs y Steiner ya habían mejorado su tope personal en la arrancada... ¿serían capaces de desbancar al momentáneo poseedor del oro?
El ruso acaba su competición, cuando el letón y el alemán piensan lo mismo, “ahora o nunca”, y se hacen la misma pregunta: “¿cuánto hay que levantar para el oro, sea lo que sea y cueste lo que nos cueste?” El letón carga en la barra 257kg, y a juzgar por el intento, no estuvo excesivamente lejos y seguro que el ruso titubeó ligeramente después de la cargada. Segundos después, se carga un kg más en la barra, 258 kg y el alemán Steiner la mira desafiante y lo intenta. Había levantado 248 kg esa tarde y su tope personal eran 250 kg... ¿iba a mejorar 10 kg más de golpe en un día y mejorar su marca personal en 8 kg? Ahí es donde su chica le dio, desde allí arriba, ese empujoncito para levantar los 258 kg. Un poema se podría escribir viendo la cara de Evgeny Chigishev, mientras bebía agua, cuando Steiner hizo su intento válido y se colgó el oro.
Matthias Steiner es un chico fornido nacido en Austria, donde hasta 2005, se forjó entre hierros para llegar a la élite del deporte de la halterofilia. Todo viene de familia, ya que su padre, años atrás, también fue un destacado levantador. En 2004, se emparejó con una muchacha alemana. Ésta cautivó al buenazo de Matthias, se casaron, y al año siguiente, éste emigró al país teutón. Ya en Alemania, se le concedió la nacionalidad a principios de 2008. El destino, cruel en este caso, hizo que en julio del año anterior, Matthias sufriera el revés más amargo que le depararía la vida hasta el momento: su chica sufrió un trágico accidente y fallecía días después. A lo largo de esos durísimos días, Steiner le hizo una promesa a su amada: conseguiría para ella el Oro Olímpico. Allá donde esté, Susann puede estar orgullosísima de su marido, ya que Matthias cumplió su promesa con creces. ¡Vaya si la cumplió!.
A mi, más que la parte bonita y emotiva de esta historia, lo que me sorprende es el desenlace de la prueba, cómo Matthias se alzó con el oro. Yo, como lanzador de peso, soy amante de todos los deportes de fuerza, aquellos donde el atleta trata de aunar técnica y fuerza hasta límites insospechados intentando alcanzar la mejor prestación posible.
Antes de contar el desarrollo de la prueba explicaré los modos de competición de la halterofilia. Se compone de dos modalidades. Una es la "arrancada" (snatch en inglés), donde el objetivo es levantar la barra con el máximo peso posible desde el suelo hasta arriba con un solo movimiento. Por otro lado, tenemos el "dos tiempos", donde el objetivo es el mismo, pero esta vez en dos movimientos (cargada y envión, clean and yerk en el idioma anglosajón). Los kilogramos levantados en uno y otro movimiento, se suman, dando así el "Total Olímpico". En campeonatos Mundiales y Europeos, se designan vencedores y medallistas en las dos modalidades y el Total Olímpico. En los JJOO, tan sólo se da medalla al Total Olímpico: quien levante más kilos sumando las dos modalidades, es el que gana. Tan “fácil” como eso. En caso de empate, gana el levantador de menor peso corporal en el momento del pesaje.
Ahora viene la parte épica y espectacular: Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Con la ausencia del iraní Hussein Razazadeh, auténtico y absoluto dominador desde principios de siglo, y todavía récordman mundial, se daba paso a una lucha abierta, como mínimo, a tres bandas: El ruso Evgeny Chigishev, el alemán Matthias Steiner, y el letón Viktors Scherbatihs. Estos eran, a priori, los tres candidatos al reparto de las tres preseas. La competición comienza con la arrancada. Se lleva la palma el ruso Evgeny Chigishev, levantando 210 kg (a un kg de su marca), por delante de Viktors Scerbatihs, con 206 kg, marca personal, y de Matthias Steiner, nuestro gran protagonista germano, que levantó 203 kg, también marca suya. En este momento, las cosas se decantaban en favor de Evgeny Chigishev. Tratándose de él, sólo un mal fario podría apartarle del oro, ya que ninguno de sus rivales parecía tener la osadía de plantar cara al gran campeón ruso. Si querían vencerle, tendrían que sacarle en el dos tiempos, como mínimo, ¡¡8 kilos!!, ya que aventajándole en 7 kg habría un empate y la balanza se decantaría del lado del ruso Chigishev, ya que era el más “ligero” en esa competición.
Dicho esto, da comienzo la modalidad del dos tiempos. Chigishev levanta 240 kg en su primer intento. El letón consigue levantar 242 kg y falla 244 kg a falta de su última tentativa. Steiner, en un intento por alzarse, como mímino, con la plata, falla en 246 kg pero consigue levantar, no sin apuros, 248 kg. En estos momentos y tras levantar el ruso 247 kg, Steiner tiene momentáneamente la plata. Por su parte, poco después el gran Evgeny Chigishev consigue subir su tope personal a 250 kg. Yo creo que él se sabía ganador. Y no sólo yo. Sólo hay que escuchar las dos últimas frases del comentarista del primer vídeo que anexo más abajo: “...Chigishev Will be Olympic Champion, there is no doubt about that now...”. El gesto del ruso al caer la barra lo dice todo: "Scherbatihs no está pasando su mejor momento en el dos tiempos, donde era capaz de levantar 260kg, Steiner ha fallado en 246 y las ha pasado canutas para 248, yo he levantado 250, me tienen que sacar 8 kg... entrenador, creo que he ganado...". Ya os digo, es un pensamiento mío, pero creo que en el fondo es lo que piensa. No sé qué deporte practicáis vosotros o del cual sois aficionados, pero os aseguro que hay deportes en los que se llega a un nivel, el cual mejorar un kg, una centésima, un centímetro, cuesta años de esfuerzos, muchas veces sin llegar a conseguirlo. Hoy, Scherbatihs y Steiner ya habían mejorado su tope personal en la arrancada... ¿serían capaces de desbancar al momentáneo poseedor del oro?
El ruso acaba su competición, cuando el letón y el alemán piensan lo mismo, “ahora o nunca”, y se hacen la misma pregunta: “¿cuánto hay que levantar para el oro, sea lo que sea y cueste lo que nos cueste?” El letón carga en la barra 257kg, y a juzgar por el intento, no estuvo excesivamente lejos y seguro que el ruso titubeó ligeramente después de la cargada. Segundos después, se carga un kg más en la barra, 258 kg y el alemán Steiner la mira desafiante y lo intenta. Había levantado 248 kg esa tarde y su tope personal eran 250 kg... ¿iba a mejorar 10 kg más de golpe en un día y mejorar su marca personal en 8 kg? Ahí es donde su chica le dio, desde allí arriba, ese empujoncito para levantar los 258 kg. Un poema se podría escribir viendo la cara de Evgeny Chigishev, mientras bebía agua, cuando Steiner hizo su intento válido y se colgó el oro.
PD: Esta historia es la cara del deporte. 4 años después, Matthias tenía a mucha gente pendiente de ver lo que era capaz de hacer Londres. Salió a la tarima, y en un primer intento de arrancada se le cayó la barra cargada con 192 kg encima de la cabeza. Tras ser atendido unos instantes, se levantó y alzó el puño haciéndonos soñar a todos los espectadores con otro posible intento y otra gran gesta, pero no fue así. No pudo terminar la competición.
Cara y cruz, dos de las grandes esencias del deporte.
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