Como todos los años por estas fechas, el calendario aparece subrayado y anuncia que estamos ante una de las semanas más apetecibles del calendario. Llega Roland Garros y con él quince días de puro tenis. No creo que haya que recordar las increíbles batallas que se han librado sobre la tierra batida parisina. En 2004 Gaudio le remontó dos sets a Coria en la final, y remontándonos algo más en el tiempo lo mismo
hicieron en la ronda definitiva Agassi con Medvedev (1999) y Lendl con McEnroe (1984). Partidos increíbles, anécdotas y puntos inolvidables se suceden en este magnífico torneo que hasta hace bien poco tenía a Borg como su máximo campeón.
Bendita tierra parisina que ha coronado campeones quince veces a tenistas españoles. Y mucha culpa tiene de ello uno de los principales favoritos al título, Rafa Nadal, que con siete entorchadas es el más ganador de la historia y si logra uno más se habrá apuntado el 50% de los trofeos españoles en el Grand Slam francés. Aunque si es por ponerle un reto al deportista español más grande de todos los tiempos, poco ambicioso parece lograr la mitad de los títulos españoles después de haberse convertido en la última edición en el máximo campeón del torneo. Desde mi punto de vista, el mayor reto de Nadal es seguir superándose a si mismo, algo que cada año es más complicado. Confieso que en febrero, después de aquella final entre Nadal y Zeballos donde el primer break se produjo en el juego número 25 del partido, donde el argentino se impuso al manacorí, ni por asomo soñaba con ver a Nadal repetir título en París (tweet). Y ojo, considero que la temporada 2013 de Nadal ya es un éxito; detesto que se menosprecie algo tan valioso como un Masters 1000 (dejo para otro día un artículo mi criterio para diferenciar torneos mayores de torneos menores). Y con tres de ellos en 2013, pase lo que pase la temporada habrá sido positiva para Nadal. Pero no puedo negar que viendo como se ha desenvuelto sobre la tierra de Monte Carlo, Madrid y Roma (además del inolvidable Indian Wells), sueño con volver a ver a Rafa mordiendo el trofeo de los mosqueteros.
Para ello a Rafa Nadal (#3) le espera un largo camino de hasta siete partidos, en el que a mi criterio es el cuadro más difícil entre los cuatro grandes aspirantes a la gloria. El Rey de la Tierra comenzará, salvo sorpresa, con dos duelos accesibles y se medirá en tercera ronda con Rosol, su verdugo en Wimbledon (último major que jugó hasta la fecha), o con Fognini, a quien ya derrotó en Roma por el mismo resultado que venció a Federer en la final (6-1, 6-3). En cuarta ronda podría cruzarse con el irregular pero respetable Nishikori o con la revelación del último Masters 1000, el jugador local Paire, que llegó hasta la penúltima ronda en el Masters que precede al torneo francés. En cuartos de fnal, Wawrinka y Gasquet serían los principales rivales para Rafa, en el que sobre el papel sería -entre los favoritos- quien tendría el rival más complicado en la antepenúltima ronda. Si bien el historial es 100% favorable para Nadal en ambos casos (6-0 ante el suizo y 9-0 ante el francés). La semifinal para Nadal podría tratarse de una final anticipada en el sentido más amplio de la palabra, ya que si la lógica dice presente el último viernes de la competición, el heptacampeón de Roland Garros se enfrentaría a su rival en el último Roland Garros y a su verdugo en las tres últimas finales que ha perdido en tierra batida (Roma 2011, Madrid 2011 y Monte Carlo 2013). Por supuesto, se trata de Novak Djokovic.
El otro español que vuelve a presentar candidatura a alzarse con el major parisino, David Ferrer (#4), ha tenido un sorteo más benevolente esta mañana. Más allá de los cinco partidos que deberá superar para arribar a la semifinal, el hecho de que su rival en la penúltima ronda sea Federer en lugar de Djokovic le da, a mi criterio, opciones reales de llegar por primera vez a la final de un Grand Slam. Si bien parece casi imposible que pueda tumbar al suizo a cinco sets, viendo el comienzo de temporada tanto del jugador de Jávea como del genio de Basilea, no resulta utópico pensar que pueda salir triunfante el español. Los dos han llegado a una final grande en lo que va de año, pero el arranque de temporada de ambos ha sido bien distinto y prueba de ello son los más de 1000 puntos con los que Ferrer aventaja a Federer en la Race. Hasta llegar a semifinales, sólo Raonic en cuarta ronda y Almagro o Berdych en cuartos de final parecen capacitados para poner en problemas al finalista de Miami.
Mientras que talentosos jóvenes como Murray o Del Potro no estarán París por lesión, o el propio Nadal se ha perdido los dos últimos majors por lesión, y jugó Wimbledon mermado, Roger Federer (#2) llegará en París a su 50º Grand Slam consecutivo. Si bien todo lo que no sea llegar a semifinal puede considerarse un fracaso en el caso del suizo, considero que llegar a semifinal ya sería un buen torneo y plantarse en la final todo un éxito, siendo realmente difícil que pueda derrotar en estos momentos a Nadal o Djokovic en un partido al mejor de cinco sets. El español Pablo Carreño, que se estrena en un Grand Slam, será el primer rival de Roger Federer en un partido que pase lo que pase jamás olvidará. El que enfrente a Roger con Carreño y los dos siguientes partidos no deberían ser complicados para el de Basilea, pero en cuarta ronda podría medirse con un impredecible Simon y en cuartos de final podría tener un partido realmente complicado contra un Tsonga que el año pasado ya forzó el 5º set ante Novak Djokovic. Peligro para Federer en este partido. Y si lo supera, la lógica dice que Ferrer sería su rival en semifinales, en un partido que por supuesto no debería ser nada cómodo para el suizo.
El último gran candidato para conquistar parís es Novak Djokovic (#1). El tenista serbio llega a Roland Garros después de caer ante Dimitrov en Madrid y ante Berdych en Roma, en un partido que parecía tener controlado. Su temporada de tierra batida no está siendo tan buena como se podía esperar de él, sin embargo en Monte Carlo alzó el título acabando con la hegemonía de Nadal, a quien venció con claridad en la final cuando el de Manacor buscaba su noveno título consecutivo sobre la arcilla de Mónaco. El número 1 del mundo es el único que ha puesto contra las cuerdas a Nadal sobre el polvo de ladrillo en los últimos años, y el único que le ha hecho hincar la rodilla incluso estando en plenitud física. Hasta la lógica semifinal con Nadal, no tiene rivales especialmente complicados, si bien deberá enfrentar a Goffin, revelación en Roland Garros 2012, y probablemente a Dimitrov, su verdugo en Madrid. Otros jugadores con mejor ranking como Dolgopolov o Kohlschreiber no parecen una amenaza tan seria como Dimitrov para el campeón del único Grand Slam disputada hasta la fecha en 2013.
Esas serán las mayores piedras que podrán encontrar en su camino Nadal, para alzar su 8ª Copa de los Mosqueteros; Federer, para lograr su 18º Grand Slam, Djokovic, para entrar en el selecto club de los campeones de todos los majors; y Ferrer, para lograr por primera vez su más que merecido primer Grand Slam. Ahora habrá que esperar a ver lo que el tenis nos depara, porque como todos los años las sorpresas llegarán y, por lo menos en las rondas iniciales, el guión previsto será alterado.
Tomen asiento que empieza lo bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario